21 enero 2007

paisaje herido

Ni quince años hace que terminaron de hacer los de INONSA las casas de este barrio, y mucho menos tiempo hace que algunos vecinos las han ido reformando, añadiendo habitaciones, piscinas, metiendo terrazas y lavaderos, echando suelos nuevos, arreglando las ventanas y los grifos que se han ido estropeando; es decir, unas casas nuevas con toda una vida por delante, listas para pasarlas a otra generación familiar. Un barrio tranquilo, con parquecitos y jardines, cerca del pueblo, cerca de la ciudad. Demasiado lujo ¿no? Lo suficiente como para que ya los vecinos hayan empezado también a contagiarse de la especulación inmobiliaria. Donde ayer había una casa adosada, dentro de unos meses habrá un bloque de viviendas. Y esa grúa es la prueba. y hay tantas cosas que no tienen ni pies ni cabeza. Ese bloque quitará sol y luz a los vecinos de las casas cercanas, afeará al barrio, estrechará una calle pensada para casas bajas y no para bloques, será el comienzo del fin. Y será una especulación y un derroche sin sentido. Esa obra ha supuesto tirar como cascajo un material nuevo, una casa nueva, una vivienda de nueva construcción que no llevaba habitada ni quince años siquiera, y que además, como sucede en este mundo de los adosados había sido mejorada y arreglada verano tras verano, chapuza, tras chapuza: ahora la piscina, ahora una habitación mas en el patio, ahora convierto la cochera en salita y levanto un chiringuito para el coche en el jardín, etc, etc. Y ahora el FIN. Y la indignación y el coraje y la impotencia. El Ayuntamiento modificó el PGOU hace unos años "a petición de algunos vecinos", se aprobó en Pleno, y ahora, solo queda el pataleo y la rabia. Y aqui hago pública esta denuncia porque al menos me queda el derecho al desahogo.

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